La
propuesta consiste en mantener vivas las Estatuas Humanas como un
símbolo monumental a la indiferencia humana, como una visión cotidiana de las
puestas en escenas callejeras, las que vemos a diario y que nos confrontan y
que son tan morbosas que dan vía libre al Teatro Ambulante y por ende a la
ciudad, otorgándole esa mágica y cruel visión de lo visible, invisible, lo que
vemos a diario y que son tan habituales dentro de nuestra rutina que las
volvemos invisibles a todo momento, por ese escaso afán que imprime el ritmo de
vivir como ciudadanos dentro de un mundo globalizado y “moderno” en el
cual ya no nos interesa el otro.
La
obra única en su género, es un llamado a la solidaridad, a la ternura a vernos
dentro del escenario callejero en el cual todos los días somos presos de él, de
esa otra sinfonía de la vida y la calle que imprime la ciudad de manera
repetida y que pocas veces nos damos cuenta de que somos protagonistas y que
tocamos de la misma manera el instrumento que nos consume y que nos proporciona
el egoísmo absurdo al cual denominamos civilización, mientras nuestros hijos se
matan, haciendo de las calles esa PIEDAD de tantas madres que recogen a sus
hijos con el dolor del alma.
Teatro de calle en Silencio
Director: Edgar Rúa
Autor: Edgar Rúa
Duración: 60 Minutos
Integrantes Actores y Técnicos
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